En la tarde de ayer se enfrentó Doping Positivo contra la La Rejuntada, el informe climático anuciaba lluvia, pero estos changos se enfrentarían aunque se cayera el cielo. Tenia que estar con ellos sea como sea, observe por mi calidoscopio y me sorprendió un sol atravesando los nubarrones. Inmediatamente salí de mi socavon y levanté vuelo hacia el Dickens.
Me senté en una nube y contemplé todo el entusiasmo de mis rejuntaos, como si fuera la primera cita de algún adolescente atolondrado, estaban ahi, algunos con pepés nuevos, otros con indumentaria nueva, el regreso de maxi pastrana y gonzalo terol a las lineas defensivas... observé por varios minutos con mi catalejo y mis piernitas colgadas, pendulando de un lado a otro; sonreí, me puse muy contento. Todo estaba preparado 11 violetas de un lado contra 11 casacas de River del otro.
Comenzó el partido, peón 4 rey con una pelota de la juguetería GUINDI movida hacia adelante por Doping. El partido se mantenía parejo en los primero 10 minutos, luego se vio la actitud arrasadora de mis rejuntaos que se puso un tanto arriba en el primer cuarto de hora por medio de un gol de Ale Montenegro. Por más que los rejuntaos mantenían el control del balón, doping llegaba pero sin efectividad. a los 20 minutos llegó el segundo gol de Ale( dale, daaaale, dale... dale, daaaale, dale... rejuntaaaada! mis sordos gritos desde las nubes alentaba en cada corazón de mis muchachos). Un pase largo hacia el área grande de mi arquero, cayó entre mis defensas que no se decidieron cual debería despejar, la pelota quedo indefensa entre las miradas de mis dos defensores... Espeche aprovechó la situación y descontó para doping. Yo seguía contento, creamos mas situaciones, sólo nos equivocamos y convirtieron.
Luego del gol de doping, la rejuntada se desordenó, comencé a darle golpes a mi catalejo pensando que no me mostraba la realidad, el mismo se quejó y me di cuenta que no era su culpa... ya no sonreía. Fuimos al entretiempo, un poco cansados pero relajados.
El segundo tiempo fue extraño, el catalejo resentido y la nube en la que estaba sentado comenzaba a densificarse. Hicimos enroque, creíamos tenerlo controlado al partido, pero la persistencia de doping era bastante complicante. Comenzaron los gritos, sobre todo del arquero, quien se desgastó la garganta pelutudamente desconcentrando a todo el equipo. Nos empataron gracias a un error del mismo, que a posteriori un delirio insulso e impertinente se apoderó de él, recurriendo a la estúpida decisión de salir a jugar, creyendo que podría empatarlo el solo; se perdió la noción de equipo... un pena, mis ojos vidrios por ello. El partido se nos fue de las manos, sin desmerecer el esfuerzo de doping.
Antes de bajar de mi nube y volverme a mi socavon,quería decirles que espero que maduremos juntos como equipo, como compañeros y como personas.