miércoles, 14 de octubre de 2009

CAMINO A LA SEMI

Al gran poy...





UN PASEO POR LE CHAMP DE DICKENS


Un sábado esperado, estaba muy ansioso porque en el terreno donde había plantado la carpa, se inauguraba un parque de diversiones de tres inmigrantes Senegaleses; estaba a unos 10 metros aproximadamente. Durante esa madrugada no pude cerrar los ojos, un camión con un pequeño trailer entorpecían mi visión, así que con esa excusa me acerqué para ver como montaban el parque; al llegar al lugar, me escondí para espiarlos, tenía varios motivos para sorprenderme. Primero por los abrumantes ruidos que hacían los caños, el golpe de los tablones, las carcajadas, el ruido de los tambores, etc. Segundo, un humo extraño de sabor sui generis y de sonido brillante que me envolvía, el mismo provenía de una especie de pipa con forma de pava que compartían los morenos. Y tercero, un bullicio suave y quejumbroso que venia del trailer.

Mientras los indocumentados se reían y se pasaban la pipa al compás de sus tambores, caminé hasta el origen de los bullicios. Era un carro que contenía 8 jaulas, con un letrero cada una; la primera tenía un cartel que decía Los Tordos, eran unas aves de estatura y aspecto humanoide pero con plumas negras y ojos rojos ; la segunda jaula, decía Chupanki, eran unos seres con mezcla de gauchos de fortín y gárgolas; la tercera, decía La Rejuntada, demonios expulsados del propio imperio de Hades; la cuarta, Factores de Riesgo, era una jaula bastante glamurosa, con pibes de colores rosa y negro que estaban contentos y risueños; la quinta jaula decía Cirróticos y contenía unos viejos ebrios que tambaleaban de un lado a otro fermentando y gritando que eran los mejores; la sexta, Doping+, unos pigmeos toxicómanos que se inyectaban algo en conjunto; la séptima, Porrón y Cuenta Nueva, eran botellas de cerveza cargadas de relámpagos; por último la octava jaula, HIV, una pecera repleta de retro virus. Me asombré por los espécimenes que tenían las jaulas, pero tuve que retirarme del lugar porque un senegales dijo a otro -¡Damma marr!. Como no entiendo un carajo de Wolof me fui a dormir ya con la ansiedad apasiguada.
Cuando me desperté me dirigí al parque esquivando a los vendedores de achilata. La entrada estaba coronada por un cartel que decía:

DICKENSFIELD
le cirqué de samedi
Compré la entrada a uno de los negros e ingresé, en ese entonces me di cuenta que más bien se trataba de un circo barato en el cual las atracciones eran las batallas entre los seres enjaulados. La primera fue Los Tordos vs HIV, el favoritismo estaba del lado de los primeros, sobre los que caía la presión de haber sido los primeros y los cuales se habían encargado de derrotar a muchos, pero esta vez no pudo contra los retro virus subdesarrollados que mediante artilugios(que para algunos fue ilegal y para ellos convencional) derrotó a los favoritos, dejándolos fuera del combate con dos golpes a uno; los espectadores quedaron asombrados. La segunda atracción era la batalla entre Factores y Cirróticos, se prometía una super pelea por todas las polémicas previas, pero los pibes cancheros aplastaron con 4 golpes a los ahora débiles viejitos enolistas que sólo les pudieron devolver tan solo 1. En otro ring se median Chupanki con Porron, los experimentados y de trayectoria al abrir las botellas se electrocutaron y no pudieron contra la energía de los Porroneros, cayendo 3 a 2. Por último La Rejuntada contra Doping+, los demonios se devoraron a los púberes adictos ahorcándolos con un piolín de caja de pizza, y aunque batallaron hasta el final, no les alcanzó para superar el 3 a 1.
Luego se entabló un ritual entre los wolof que hipnotizaron a todos los que estaban presentes para llevarlos a un inodoro gigante, no quise saber para qué, así que salí fugándome del lugar, justo a las 5 pm, a tiempo para mi té verde.

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